La herramienta de la fortuna (relato corto)
Si preguntáramos a diversas personas cual considerarÃan que serÃa la herramienta definitiva para hacerse rico, unos dirÃan que una máquina dispensadora de billetes de curso legal, otros se aferrarÃan a los tópicos de trabajar con tesón, emprender, arriesgar, ahorrar… Otras personas se plantearÃan perpetrar el robo del siglo, otros soñarÃan con ver encarnado en su hijo a un deportista o a un cantante famoso … HabrÃa personas que depositarÃan sus esperanzas en los juegos de azar como las carreras de caballos, el bingo o el póker y finalmente habrÃa los que aspiran a formar parte de la polÃtica de alto nivel. No faltarÃan los que plantearÃan como solución el casarse con un millonario/a con grandes carencias de atractivo.
Yo descubrà esta herramienta a los 41 años después de casi toda una vida sin siquiera plantearme tal posibilidad y, de haberlo hecho en mi juventud, olvidada en la rutina y el quehacer diario absorbente de sueños irrealizables. El mundo de las finanzas y las inversiones en bolsa habÃa despertado en mà aquel interés que permanecÃa subyacente en mi interior.
Era evidente que el movimiento de los mercados, la evolución de la cotización de una compañÃa, del precio mundial del oro o incluso de valor al cambio de una moneda extranjera no estaba completamente guiado por la mano del azar. Entendà que quien encontrara la manera de predecir los movimientos futuros de alguno de estos elementos, dispondrÃa de la herramienta para hacerse con mucho dinero, el suficiente como para lograr la completa independencia económica tanto para sà mismo como para sus descendientes.
Desde aquel instante comencé un exhaustivo aprendizaje absorbiendo toda la información que caÃa en mis manos acerca de este extenso océano de conceptos bursátiles y financieros. Tipos de análisis, técnicas, indicadores, teorÃas, sistemas, mercados, herramientas, brókers, activos, … etc, etc.
Puesto que cada persona es diferente, en mi caso particular pronto afloraron las tendencias respecto al tipo de operativa e instrumento financiero que iba a utilizar en mi búsqueda del éxito.
En un principio mi prepotencia y mi ego me llevaron a cometer inmensos errores, los cuales, en esta actividad jamás son perdonados y acaban pagándose religiosamente.
Poco a poco todas estas «multas» consiguieron «humildecer» mi altivo y novato talante en relación al universo financiero. El dolor del dinero perdido en las pruebas y estudios me llevó al respeto y a la consideración de que las actividades de trading y las inversiones en los mercados son una práctica muy seria en realidad. Porque es una afición para algunos, una profesión para otros pero finalmente es un medio en el que viven muchos pero pocos sobreviven.
Una arma de doble filo, que usándola correctamente puede ofrecerte muchas satisfacciones pero haciéndolo con desdén acabará hundiendo tus bolsillos en los avernos de la ruina.
Desgraciadamente pronto me dà cuenta de la dificultad real que ocultaba esta actividad. Aunque a un primer vistazo, pueda parecer algo simple y evidente, es casi imposible superar el azar obteniendo constantes y consistentes réditos al sumergirte en cualquier playa del mercado.
Comenzó aquà mi obsesión por encontrar el sistema que me convertirÃa en millonario. Noches y más noches pensando en teorÃas, apuntando ideas y realizando cálculos. Albergaba mi alma un constante trasiego de ilusiones, desilusiones, depresiones, hartura, esperanzas y desesperanzas. Cientos si no, miles de gráficos, de fórmulas, de ensayos y pruebas en papel, en pantalla e incluso en mi mente sobre la almohada.
Una obsesión que me persiguió durante años hasta que un dÃa por fin comencé a dislumbrar una luz en el horizonte.
Todo aquel trabajo, todas aquellas noches sin dormir finalmente no habÃan sido en vano. Cada una de aquellas hojas garabateadas me acercó más y más a la conclusión final, al sistema perfecto, al preciado grial, a la gallina de los huevos de oro.
Y lo probé, con dinero de mentiras, una y otra y otra vez. No querÃa volver a ilusionarme de nuevo echando las campanas al vuelo, pues ya no habÃa espacio en mi corazón para almacenar más campanas rotas.
El resultado me conmocionó y me estremeció al deducir la responsabilidad que iba a cargar sobre mis hombros. Nadie debÃa saber que habÃa encontrado este tesoro, mi herramienta de la fortuna. DebÃa tomar todas las precauciones a mi alcance para que nadie supiera de mi descubrimiento.
Ilusionado, lo preparé todo para comenzar a ganar dinero en la apertura de los mercados del dÃa siguiente. Transferà fondos al bróker, prepare las plantillas de los gráficos, revisé los programas y las hojas de cálculo, todo debÃa estar dispuesto y preparado para desarrollar mi operativa.
Mañana por la mañana se abrirá ante mà un nuevo futuro cargado de alegrÃas ¡Por fin!
Que mierda que cenando, fallecà atragantado por una col de bruselas.
Rafa.
Rafa:
Muy bonito, pero no me he enterado del final.